Las placas de identificación, esos pequeños y modestos emblemas de metal que se usan alrededor del cuello, tienen un profundo significado que se extiende mucho más allá de su modesta apariencia. Tradicionalmente utilizadas en entornos militares, estas etiquetas sirven como un vínculo tangible entre un individuo y su identidad, un emblema atemporal que ha resistido la prueba del tiempo. Fabricada con materiales duraderos, la placa de identificación suele presentar información personal como el nombre, el tipo de sangre y el número de servicio, lo que proporciona un medio crucial de identificación en momentos de necesidad. Más allá de su función utilitaria, estas piezas modestas se han convertido en símbolos de resiliencia y camaradería, tejiendo una narrativa de identidad y propósito compartido en el contexto del servicio militar.