El acto de iniciar un "cheque de monedas" se ha convertido en una preciada tradición de monedas de desafío. Los participantes llevan sus monedas en todo momento, y cualquiera puede iniciar una verificación de monedas gritando la frase. Aquellos que no puedan presentar su moneda deben cumplir una consecuencia predeterminada, fomentando un sentido de vigilancia y camaradería entre los poseedores de monedas. Más allá de la verificación de monedas, el ritual de intercambiar monedas de desafío sirve como una poderosa expresión de respeto mutuo y camaradería. Ya sea en una ceremonia formal o en una reunión improvisada, estos intercambios fortalecen los lazos entre los individuos, reforzando las experiencias y desafíos compartidos que forman la base de la tradición de las monedas de desafío.